El Día Nacional del Vino Naranja en Estados Unidos se celebra el 6 de octubre, desde el 2018, a solicitud de The Real House Wine. La idea surgió para concienciar al público sobre este estilo de vino hermoso, pero menos conocido.

Los vinos naranjas son vinos blancos que fermentan con los hollejos de la uva, como los tintos. Esta técnica se remonta a la era de la Edad del Bronce en Georgia, Europa del Este.

Los vinos naranjas se están redescubriendo ahora en los cinco continentes, con la mayor producción en Italia, Eslovenia, Georgia y Francia.

El tiempo que el jugo fermenta con la piel les da a los vinos naranja más características de vino tinto, incluyendo su color, que puede variar desde el amarillo pálido, el ámbar vibrante hasta el naranja rosado.

La oxidación adicional del proceso de elaboración del vino hace que los vinos naranjas tengan un sabor más robusto que los vinos blancos, dependiendo de cuánto tiempo se dejaron fermentar las uvas con los hollejos. Los vinos naranjas llevan aromas y sabores provenientes de la piel de las uvas.

El tipo de fermentación de los vinos naranjas no solo permite que lleven mayor cuerpo y más tanicidad, sino que también mantengan la acidez de un vino blanco. Esa combinación los hace adecuados para maridar con muchos alimentos, pero son especialmente recomendados para alimentos con sabores ricos, salados y ahumados.

Prueba vinos naranjas con embutidos (salami, prosciutto) y quesos duros como el parmesano o el manchego. Sus complejos sabores también combinan deliciosamente con cocinas étnicas, como la india, coreana o marroquí. Pero si gustas platos vegetarianos, también puedes probarlos con algunos como spanakopita o estofado de legumbres.

El vino naranja es mejor cuando se sirve un poco menos frío que un vino blanco típico.

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