El sabor azucarado de la intimidad marca la súper nombrada “luna de miel”, una frase que tiene su origen en viejas costumbres cuyo epicentro giraba alrededor del fluido dulce y viscoso producido por abejas del género Apis.

Miel y mujer

Algunas tradiciones refieren que por el siglo XVI en países nórdicos los recién casados solían beber hidromiel, mientras que en Egipto los faraones eran quienes consumían miel en los 28 días posteriores a la boda para lograr felicidad conyugal.

Pero si ahondamos en viejas costumbres también encontramos que, en la antigua Roma, se dejaba miel pura durante todo un mes en la habitación de los novios. Esa práctica tenía doble propósito pues se utilizaba como alimento e hidratante para la piel.

La Miel Como Símbolo De Fertilidad

De acuerdo con algunas culturas, la miel era un símbolo de fertilidad, por tal motivo, los novios la bebían con el fin de recibir la bendición de los dioses encargados de regalar dicho favor, especialmente para concebir hijos varones.

También, el hidromiel (bebida alcohólica que se obtiene a partir de la fermentación de una mezcla de agua y miel) era el único alimento de Odín, padre de los dioses nórdicos.

En la Babilonia de hace 3.500 años también se fantaseaba con la miel y se le rendía especial tributo. Tras el casorio, el suegro del novio le obsequiaba cerveza de miel durante una luna o un mes, con el propósito de desearles a los amantes una feliz unión y próspera descendencia.

Por su parte, los enlaces en la Alemania de la Edad Media solían celebrarse únicamente en noches de luna llena. Después de la ceremonia, las parejas bebían licor de esa melaza durante los 30 días posteriores a la boda. Dicho ritual era sagrado para los cónyuges pues asegurara felicidad y fertilidad.

hidromiel

La Miel, un Afrodisíaco Natural

Son muchos los estudios que hablan sobre los beneficios de la miel, sin embargo, aquellos que la relacionan con la actividad sexual resultan bien interesantes. Según expertos, su alto contenido en vitaminas B y C aumentan la producción de hormonas.

Además, también se disparan los niveles de testosterona en sangre. Quizás por eso en algunos países árabes se mezclaba con jengibre y ese preparado tenía como propósito reavivar la llama entre los cónyuges y disminuir la fatiga sexual.

El consumo moderado de miel impacta de manera positiva en nuestro cuerpo ya que en dependencia de la variedad de las flores y del tipo de colmena proporciona azúcares, ácidos orgánicos, vitaminas C y algunas del complejo B, ácido fólico, minerales y enzimas, entre otros.

Los tratamientos de belleza han encontrado en la miel uno de sus principales componentes por contener antioxidantes y otros nutrientes que limpian e hidratan la piel. También tiene propiedades antinflamatorias y antibacterianas, y favorece a la regeneración de tejidos.

Luna de Miel en París

Caminaba nerviosa hacia él con lirios blancos entre sus manos. Temblorosa, cada paso le acercaba más a aquel hombre de traje gris que la esperaba sonriente en el altar. Habían decidido darse el “sí quiero”. Ambos estaban felices, pero aquel momento solo fue el principio de la magia que les acompañaría en su luna de miel.

Después de los votos todos aplaudieron eufóricos y se sintió la mujer más feliz del mundo. Unos labios rozaron su frente y pudo sentir los vellos punzantes de la barba de pocos días, la misma que la había seducido un año atrás cuando -casi por accidente- sus ojos se encontraron.

Un nuevo capítulo de sus vidas comenzaba. Muchos retos, sueños y temores recorrían su mente sin descanso, aunque todo el estrés desaparecía cuando miraban aquellos billetes con destino a París. Se escaparon a la ciudad del amor… a la dulce ciudad del amor.

Hablaban sobre muchos planes conjuntos, pero el primero iba a marcar sus vidas. Por eso decidieron que desde la capital francesa iniciarían el viaje a la felicidad y que no había mejor lugar que ese para disfrutar de su luna de miel.

Fueron a París por tres días, pero finalmente se quedaron una semana. Querían pasar tiempo juntos, lejos de todos y disfrutar de su amor. A veces hablaban, otras callaban, pero siempre se hacía inevitable ese deseo dulce de estar unidos. Esa miel de recién casados todavía les acompaña.

pareja de amantes
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